Si has notado manchas de humedad en las paredes de tu casa, probablemente te estés preguntando de dónde vienen y cómo eliminarlas. Las humedades pueden aparecer en cualquier vivienda y por varias razones, pero no todas son iguales. Dos de las más comunes son las humedades por condensación y las humedades por capilaridad, y es importante conocer las diferencias entre ellas para aplicar la solución adecuada.
En este artículo de Albacork Distribución te explicaremos las 5 principales diferencias entre estas dos formas de humedad, y te daremos algunas soluciones efectivas para combatirlas, utilizando técnicas como el uso de aislamientos ecológicos y sistemas como los intercambiadores de calor. ¡Sigue leyendo para saber más!
Una de las principales diferencias entre las humedades por condensación y las humedades por capilaridad es su origen. Las humedades por condensación se producen cuando el aire caliente y húmedo del interior de la vivienda entra en contacto con superficies frías, como ventanas o paredes mal aisladas. El vapor de agua se condensa en estas superficies, formando gotas de agua que, con el tiempo, generan manchas de humedad, moho y malos olores.
Por otro lado, las humedades por capilaridad ocurren cuando el agua del subsuelo asciende a través de los materiales porosos de la construcción, como los ladrillos o la piedra, debido a un fenómeno natural llamado «efecto capilar». Esta humedad sube desde los cimientos hasta las paredes, creando manchas, desconchones en la pintura y daños estructurales si no se trata a tiempo.
La forma en la que se manifiestan las humedades por condensación y por capilaridad también es distinta. Las humedades por condensación suelen aparecer en zonas como esquinas, ventanas o techos, especialmente en áreas de la casa con poca ventilación, como baños o cocinas. El moho y los hongos son una señal clara de este tipo de humedad, y las manchas suelen tener un aspecto oscuro o verdoso.
En cambio, las humedades por capilaridad suelen manifestarse en la parte baja de las paredes, cerca de los cimientos. Se caracterizan por manchas de humedad que suben desde el suelo y van dejando desconchones en la pintura, eflorescencias (depósitos de sales) y, en ocasiones, un ligero olor a humedad. Estas manchas pueden ir creciendo si no se aplican las soluciones correctas.
Las soluciones frente a humedades varían dependiendo del tipo de humedad que tengas en casa. Para combatir las humedades por condensación, una de las mejores opciones es mejorar la ventilación del hogar. Aquí es donde los intercambiadores de calor juegan un papel clave. Estos sistemas permiten ventilar las estancias sin perder calor, lo que es especialmente útil en invierno. Además, instalar aislamientos ecológicos en paredes y techos también ayuda a evitar que las superficies se enfríen y se condense el vapor de agua.
En el caso de las humedades por capilaridad, la solución pasa por actuar directamente sobre los cimientos o las paredes afectadas. Uno de los métodos más efectivos es la inyección de barreras químicas que impiden que el agua siga subiendo a través de los materiales de construcción. Otra opción es la instalación de sistemas de drenaje que ayuden a desviar el agua subterránea, y, en algunos casos, puede ser necesario aplicar productos impermeabilizantes en las paredes.
Ambos tipos de humedad pueden afectar la salud, pero lo hacen de manera diferente. Las humedades por condensación son conocidas por favorecer el crecimiento de moho, lo que puede desencadenar alergias, problemas respiratorios, e incluso asma. Si notas manchas negras o verdosas en las paredes, es probable que tengas condensación y la proliferación de esporas de moho.
En el caso de las humedades por capilaridad, aunque no generan moho de la misma manera, sí pueden dañar la estructura de la vivienda y causar daños indirectos en la salud, ya que pueden generar un ambiente frío y húmedo que favorece enfermedades respiratorias o articulares. Además, un hogar con humedades por capilaridad es mucho menos eficiente energéticamente, lo que puede llevar a utilizar más calefacción y tener un ambiente menos saludable.
Finalmente, otra diferencia importante entre estos dos tipos de humedades es el costo de reparación. En general, las humedades por condensación son más fáciles y económicas de solucionar, ya que muchas veces basta con mejorar la ventilación o instalar aislamiento ecológico para reducir el contraste de temperaturas en las superficies.
Por otro lado, las humedades por capilaridad requieren una intervención más profunda y, por lo tanto, pueden ser más costosas. Las inyecciones de barreras químicas o los trabajos de impermeabilización en los cimientos implican un mayor desembolso inicial, pero son esenciales para evitar problemas estructurales más graves a largo plazo.
Tanto las humedades por condensación como las humedades por capilaridad pueden causar problemas importantes en tu hogar, pero la clave está en identificarlas correctamente y aplicar las soluciones adecuadas. Desde mejorar la ventilación con intercambiadores de calor hasta la instalación de aislamientos ecológicos, existen métodos eficaces para combatir las humedades y proteger tu vivienda.
Si estás enfrentando problemas de humedad, no dudes en contactar con profesionales especializados en soluciones frente a humedades. Podremos evaluar tu caso y ofrecerte las mejores alternativas para mantener tu hogar seco, saludable y eficiente.
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